Descubre cómo nuestros pensamientos influyen en nuestra salud mental y aprende técnicas para mantener una mente sana y positiva.
Nuestra mente es un universo complejo y fascinante que influye en todo lo que hacemos, pensamos y sentimos. Los pensamientos son la fuente de nuestras emociones y comportamientos, y tienen un gran impacto en nuestra salud mental. En el artículo de hoy, exploraremos la relación entre los pensamientos y la salud mental, y compartiremos algunas técnicas para mantener una mente sana y positiva.

Es fundamental comprender cómo funciona nuestra mente, para que podamos contribuir adecuadamente a nuestra salud mental y reducir nuestros niveles de malestar y preocupación.
Somos nosotros quienes le damos un significado a cualquier situación desde nuestro propio punto de vista. A partir de esos pensamientos, surge la emoción y acto seguido, actuamos.
Nuestras emociones y conductas son el resultado de lo que pensamos, asumimos o creemos acerca de nosotros mismos, de los demás y del mundo en general.
Si algo no sale bien a la primera, y te dices a ti mismo «no sirvo para esto», será ese pensamiento el que te lleve a sentirte frustrado y esa emoción de frustración podría incluso llevarte a desistir y no querer volver a intentarlo.
En cambio, si te dices «es mi primera vez, lo intentaré llevar a cabo un poco mejor la próxima vez», tu preocupación no será tan intensa y la emoción de serenidad te motivará a intentarlo de nuevo con mayor éxito.
Existen tres aspectos psicológicos principales interrelacionados entre sí: pensamientos, emociones y conductas. Por lo tanto, los cambios en uno de estos aspectos afectarán a los otros dos.
Si piensas de manera diferente, sientes y actúas de manera diferente
La forma en que pensamos y procesamos la información puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. Aquí puedes ver como nuestros pensamientos pueden afectar nuestra salud mental:
- Pensamientos negativos: Si tendemos a tener pensamientos negativos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo en general, es probable que experimentemos emociones negativas como la tristeza, la ansiedad y la depresión.
- Rumia mental: La rumia mental ocurre cuando nos obsesionamos con un pensamiento o preocupación en particular, y nos resulta difícil dejarlo ir. La rumia mental puede ser agotadora y puede afectar nuestra capacidad para concentrarnos y tomar decisiones.
- Pensamientos automáticos negativos: Los pensamientos automáticos negativos son pensamientos rápidos y automáticos que aparecen en nuestra mente sin que nos demos cuenta. Estos pensamientos pueden ser críticos, negativos o catastrofistas, y pueden afectar nuestra autoestima y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.
- Sesgos cognitivos: Los sesgos cognitivos son errores en el pensamiento que nos llevan a procesar la información de una manera inexacta o distorsionada. Algunos sesgos cognitivos comunes incluyen la mentalidad de todo o nada, la filtración mental y la personalización.
El ser humano tiene la capacidad de modificar sus procesos de pensamiento, para lograr formas más beneficiosas y satisfactorias de sentir y comportarse.
Te dejo algunas estrategias efectivas que puedes usar para mantener una mente sana y positiva.
- Practicar la atención plena: La atención plena es una técnica que implica prestar atención intencionalmente al momento presente sin juzgar. La atención plena puede ayudarnos a reducir el estrés, mejorar nuestra autoestima y aumentar nuestra capacidad para enfrentar los desafíos.
- Desafiar los pensamientos negativos: Si nos encontramos teniendo pensamientos negativos, podemos desafiarlos cuestionando su veracidad y buscando pruebas que los respalden o los refuten.
- Reemplazar los pensamientos negativos por positivos: Una técnica útil para reemplazar los pensamientos negativos por positivos es la práctica de la afirmación. La afirmación implica repetir afirmaciones positivas y poderosas para reprogramar nuestra mente y mejorar nuestra autoestima.
- Buscar apoyo: A veces, puede ser útil buscar apoyo de amigos, familiares o profesionales especializados para ayudarnos a lidiar con pensamientos y emociones difíciles.
No son las situaciones las que nos provocan emociones, somos nosotros con nuestros propios pensamientos los que las generamos, y consecuentemente, nuestras conductas.
Hacerte nuevas preguntas también te podría ayudar pues, cuando cambias tu percepción de la misma realidad, esto te llevará a un cambio en tu reacción y en tu comportamiento.
Te dejo 2 preguntas muy reveladoras para este tipo de situaciones:
¿Cómo te gustaría haber reaccionado ante esa misma situación?
¿Qué pensamientos te llevarían a lograr la conducta que deseas tener?
Si lo que te he contado hoy ha resonado contigo descubre CÓMO PUEDO AYUDARTE. Escríbeme siempre que lo necesites, te leo siempre con mucha atención y cariño.
Un abrazo y hasta pronto,
Vane