Aprende a manejar tus juicios mentales y evita que estos dañen tus relaciones personales. Sentirte juzgado o juzgar a los demás, sin apenas darte cuenta, es algo muy común que afecta nuestras relaciones personales si no sabemos manejarlos adecuadamente.
Cómo manejar los juicios mentales y evitar que dañen tus relaciones
La mente humana está diseñada para protegernos de posibles amenazas y peligros, y es una fuente inagotable de rumores sobre nosotros mismos y sobre la realidad que nos rodea.
Sin embargo, nuestra percepción de la realidad puede estar sesgada por nuestra interpretación de los eventos. En este sentido, es importante ser conscientes de cómo enfrentamos ciertas circunstancias para diferenciar entre lo que funciona y lo que no.
¿Te ha sucedido que cuando alguien es “demasiado” simpático con tu pareja, te sientes incómodo o celoso?. En ese momento, es importante recordar que nuestra interpretación de la realidad es subjetiva y puede estar influenciada por nuestras propias creencias y prejuicios. Por tanto, es crucial estar pendiente de nuestras reacciones para tener una adecuada gestión emocional y un generoso autocontrol.
Qué son y cómo nos afectan las trampas mentales
Las trampas mentales son una serie de patrones de pensamiento que nos limitan y nos hacen ver la realidad de manera distorsionada. Identificarlas es esencial para evitar reacciones descontroladas que puedan dañar nuestras relaciones. Algunas de las trampas mentales más comunes son:
- Observar como es tu diálogo interno es lo que te permitirá darte cuenta de que, como juez, no paras de interpretar en piloto automático todo lo que te sucede.
- Suponer lo que piensan otras personas sin tener ninguna evidencia objetiva, dejándote llevar por lo negativo o por adjudicar a los demás lo que deberían haber hecho y no hicieron “bajo tu criterio”.
- Cuando haces “mío” a personas, experiencias o pertenencias y te identificas con ellas, hasta tal punto, que las haces formar parte de tu identidad.
Cuando no tenemos un correcto autocontrol los juicios mentales nos llevan a sufrir porque, tarde o temprano, las pertenencias y las personas pueden cambiar o terminar.
Para evitar esto, una manera de acabar con tus juicios es apuntarlos. De esta manera, tendrás la oportunidad de identificar aquellos que te limitan o te dañan, y podrás tomar la decisión libremente de detenerlos y desidentificarte de ellos.
Cuando logras detener tus juicios mentales tu autocontrol también va en aumento, amplías tu mirada y tienes distintas percepciones para poder actuar desde la libertad.
La importancia de nuestro diálogo interno
Ten en cuenta que nuestros diálogos internos son como cintas cada día que ponemos a grabar una y otra vez. Si el contenido de esas cintas es negativo, te quitarán la energía. Por ello, es fundamental que intentes introducir otro tipo de mensajes más positivos, para enfocarte en tus fortalezas y no en tus debilidades.
Solo tú tienes el poder de permitir qué aceptas y qué no aceptas. Identificar tus trampas mentales y manejar tus juicios mentales mejorará tu nivel de autocontrol y se notará en una mayor calidad en tus relaciones y una manera de vivir más plena.
Asegúrate de prestar atención a tu diálogo interno y de cuestionar tus interpretaciones para no dejarte llevar por tus prejuicios y tus creencias heredadas y limitantes.
Es muy saludable ponerse a uno mism@ en duda de vez en cuando y no creernos todo lo que pensamos.
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